miércoles, 16 de mayo de 2007

Me maravillé cuando lo supe. Un amigo mexicano, que me estaba haciendo un orgulloso mapa gastronómico de su país (increíblemente variado, por cierto), me mencionó que si iba a Chiapas comiera chapulines colorados. -¿Qué son?- pregunté, antes de hacer las conexiones neuronales correspondientes. –Grillos- me dijo, y se me iluminó la cara. Ahora me parece una obviedad y tal vez todos ustedes ya lo sabían y yo era el último argentino en enterarme, pero el Chapulin Colorado, el personaje de Roberto Gómez Bolaño (que por cierto está llevando adelante la campaña panista contra la despenalización del aborto), el del chipote amarillo y las pastillas de chiquitolina, al que se invocaba con la frase “y ahora quien podrá defenderme?” es nada más y nada menos que un grillo. Eso explica, claro, las antenitas en la cabeza y los saltitos ridículos que daba cuando, tras una dudosa idea bienhechora, exclamaba “no contaban con mi astucia”.

1 comentario:

Nacho dijo...

claro, javi querido. me alegra que al no encontrar ningún mail tuyo, sin embargo hay un blog muy activo y lleno de jugosas crónicas. abrazo grande, nacho