lunes, 14 de mayo de 2007

DF / Miercoles 9 de mayo / 23:30hs

Desde el avión no alcanzan los ojos, de lado a lado, para ver el fin del mar de luces. Juro que el smog se siente en la piel, como el agobio mismo que mancha los vidrios y las caras. En la terminal norte, pasas por tres controles antes de que una persona te tome el pasaje, otra te revise la mochila y una tercera te cachee de cuerpo entero… el maletero se persigna por cada moneda que se gana, creo entender por qué.

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