viernes, 29 de junio de 2007

Guatemala...

Salimos de Oaxaca para Tapachula, en la frontera, y de ahí cruzamos a Guatemala. Contamos en el mapa más de diez volcanes en ese camino.
La selva es un enrrevezado abrazo de árboles y plantas, vientre de la vida que germina con un parpadeo, con dos piedras que se chocan, con una sola gota del cielo. Los únicos claros en la enmarañosa orgía vegetal son donde crece el maíz, trazando líneas donde no existe lo recto, creando un orden artificial e ilusorio entre todo lo que se desborda. Es facil imaginar, así, aunque sea un poco del amor que los mayas le tenían al maíz... donde crece la milpa, la selva descanza.
Despues del sol y la lluvia que trajo de nuevo al sol y una humedad ardiente que sube desde la tierra y te quema la cara, se va muriendo la tarde. A la izquierda vemos una montaña solitaria y enorme. De la cima surge el humo, aspiralada voluta blanca, y al rato una luz roja candente y brillante brota y se derrama. La tierra está viva... y habla.

1 comentario:

ñerep dijo...

que hermoso relatopez! la tierra esta viva...y habla...repleta de peces del aire. hermoso, hermoso!